Descubrir La Habana Vieja a través de sus plazas
Luego puedes encaminarte a la Plaza Vieja, que data de mediados del siglo XVI y puede vanagloriarse de ser la más ecléctica de todas. Hace años acogió un mercadillo al aire libre pero hoy está a rebosar de cafés, bares y restaurantes donde podrás refrescarte y reponer fuerzas degustando lo más auténtico de la cocina local. No olvides hacer un alto en la Fototeca de Cuba y la Cámara Oscura, desde donde podrás apreciar unas vistas espectaculares de la ciudad.
La próxima parada es la Plaza de Armas, que se remonta a inicios del siglo XVI. En ella los amantes de la literatura estarán de plácemes porque podrán encontrar un mercadillo de libros de segunda mano donde se esconden auténticas joyas. Esta plaza también atesora algunos de los lugares más interesantes de La Habana, como el Palacio del Segundo Cabo, el Museo de la Ciudad, que cuenta con más de 40 salas de exposiciones permanentes, el Museo del Automóvil y el Castillo de la Real Fuerza, la fortaleza más antigua que aún se mantiene en pie de toda América.
Para terminar el recorrido con broche de oro, nada mejor que relajarse en la Plaza de la Catedral, un verdadero museo barroco al aire libre. En esta plaza se erige la Catedral de San Cristóbal de La Habana, cuya fachada barroca fue diseñada por el arquitecto italiano Francesco Borromini. Aprovecha que estás ahí para visitar el Museo de Arte Colonial, situado en el antiguo palacio de los Condes de Casa Bayona, famoso por su mobiliario colonial y las exquisitas piezas de porcelana. Como colofón, traspasa el umbral del Centro Wilfredo Lam, una galería completamente dedicada a uno de los pintores cubanos más famosos y originales.
Foto: https://www.flickr.com/photos/karolajnat/2111274275/